Este trabajar y re-trabajar temas intensos a través de múltiples piezas es una característica distintiva de la práctica artística de Campos-Pons.
En Alquimia del Alma, Elixir para los Espíritu, componentes reminiscentes de las vigas y los travesaños de acero pensados en su contexto original para proveer estabilidad de carga, están conectados con formas protuberantes, casi voluptuosas—algunas vagamente sugestivas del tracto intestinal. Silos elevados con la forma de los tanques que contienen el azúcar o el ron durante la producción industrial, están sostenidos por delicadas patas encorvadas, que recuerdan las extremidades de los animales o los insectos. Mientras que la mayoría de las referencias visuales son industriales, campos-Pons no vacila en utilizar también imaginería orgánica y corporal, para conseguir el impacto visual que le interesa.
Estas unidades escultóricas están espaciadas a lo largo de la galería, permitiendo al espectador caminar alrededor de ellas y observar cada aspecto de la creación de Campos-Pons, de la misma forma en que uno consideraría la escultura exenta. Hay un líquido claro, color marrón que dota toda la galería de un aroma dulce, ligero, de ron, circulando a través de los conductos y depósitos de una unidad. Entre las características más impactantes de la pieza está el material que empleó la artista para crear las estructuras individuales: estas no son vigas de metal oxidado, de mampostería, con tuberías y remaches como en los centrales cubanos originales, sino se trata de formas hechas mayormente de cristal coloreado, algunos de ellos en azul brillante, otros marrones y otros amarillo ocre. En la medida en que el fluido parecido al ron circula a través de la estructura de cristal, también lo hace una banda de sonido que contextualiza el flujo de la pieza a través de la galería.
En el paisaje de sonido de ocho canales de Neil Leonard, las voces y notas se levantan, reverberan y se disuelven en la galería. Los sonidos ambiente de los campos que rodean los centrales azucareros son escuchados en el fondo. La clave del grupo de rumba Muñequitos de Matanzas se funde con la distintiva resonancia del ron moviéndose dentro de un navío de cristal. "El sonido de Alquimia del Alma amplifica corrientes entre Cuba y los Estados Unidos y ofrece un reconocimiento sonoro a las experiencias," describe Leonard "planteando interrogantes acerca de lo que es distante/familiar, real/ficticio, amargo/dulce y sobre cuál es la función de la espiritualidad."
Como se implica en las observaciones de Leonard, Alquimia del Alma, Elixir para los Espíritus es un trabajo de múltiples formas de reapropiación y recontextualización. Primeramente, la pieza estaba diseñada para desvelar la "cruel práctica de la esclavitud." Campos-Pons busca hacerlo de una forma que es poética, abstracta, reflejando su propia experiencia de los centrales. Por un lado, ofrece la maravilla y belleza de las formas en el espacio, similar a la manera en que, cuando niña, fue expuesta a la torre del central; por otro, hace referencia al exigente trabajo físico y las privaciones que se requerían para producir azúcar, inicialmente por los esclavos y, en las subsecuentes generaciones, por trabajadores que eran tratados pésimamente.
Figura 24 | Bottle of raw sugar, about 1870, Matanzas, Cuba, glass and raw sugar, Peabody Essex Museum, gift of Mrs. Charles H.P. Copeland, 1969. © 2015 Peabody Essex Museum. Photography by Kathy Tarantola/PEM.
Otro aspecto de su reinvención se relaciona más ampliamente con el comercio marítimo que conectaba Nueva Inglaterra, Africa Occidental, y el Caribe. Estos lugares eran los puntos del histórico tráfico triangular—la ruta de tráfico que conectaba las tres regiones y que abarca la concepción de Gilroy, del Atlántico negro. En los siglos diecinueve y veinte, el azúcar y el melado de Cuba y otras partes de las Antillas eran transportados a Nueva Inglaterra, donde se destilaban en ron (Figura 24). Las ganancias de la venta de azúcar eran entonces utilizadas para comprar bienes manufacturados, tales como telas, abalorios, armas y municiones que eran enviadas al África Occidental. Estos bienes eran, a su vez, vendidos o trocados por carga humana: los esclavos que trabajaban en las plantaciones y los centrales de azúcar de Cuba. Desde la costa de África, los esclavos eran transportados a través del Pasaje Medio por la tercera pata del triángulo, hacia su destino final en Cuba. Los comerciantes y capitanes de barco de Nueva Inglaterra estaban entre aquellos que se volvieron ricos gracias al Comercio Triangular.
Estos vínculos históricos que conectan a Cuba con Nueva Inglaterra hacen del PEM de Salem un sitio particularmente apropiado para inaugurar Alquimia del Alma, Elixir para los Espíritus. Los esclavos no representaban una parte material del comercio de los mercantes de Salem que fundaron la Sociedad Naval de las Indias Orientales, en 1799 (posteriormente conocida como PEM); no obstante, los comerciantes de Salem sí tuvieron un rol dentro de la ruta del Comercio Triangular que apoyó el sistema de plantación en Cuba al enviar bacalao salado a las Antillas, mandar las clavijas de madera para hacer los barriles que transportaban la melaza, proveer los caballos que eran utilizados en los centrales azucareros (como el de La Vega) y en última instancia, establecer un mercado importante para el azúcar y el melado que tales centrales produjeran.
Figura 25 | Preliminary drawing for Alchemy of the Soul, Elixir for the Spirits, 2014, pencil on paper, 20 × 26 1/8 in. (50.8 × 66.4 cm), collection of the artist. Photography by Walter Silver/PEM.
A pesar de que Alquimia del Alma, Elixir para los Espíritus es una de las piezas más recientes de Campos-Pons, ésta ha estado gestándose en su mente por veinticinco años, desde sus primeros días en el área de Boston. Campos-Pons recuerda haber hecho el primer boceto de lo que eventualmente se convertiría en la pieza, en 1988, siendo estudiante de MassArt. Según ella, el trabajo "se ha estado gestando en mis agendas y en mi caja de proyectos soñados" por muchos, muchos años (Figura 25). Por tanto, Alquimia del Alma, Elixir para los Espíritus es a la vez el reflejo de un proceso dibujado de memoria y un ejemplo seminal de la preocupación de la artista por éste: la materialidad de la memoria, la distorsión de la memoria, la fragilidad de la memoria, la vulnerabilidad de la memoria. "¿Qué es construido; qué es real; qué es pasado?" Campos-Pons considera que todas estas preguntas están vinculadas con el significado de Alquimia del Alma, Elixir para los Espíritus y con su esfuerzo por capturar, de manera abstracta, la esencia de los centrales azucareros que están en ruinas ahora y de una industria azucarera que es, en sí misma, sobre todo una memoria.