Luego de completar su educación en la ENA, Campos-Pons fue admitida en el Instituto Superior de Arte (ISA), en 1980, donde cursó estudios graduados hasta 1985. De acuerdo con Camnitzer, en contraste con otras escuelas universitarias, el curriculum y el enfoque del ISA partía de que los estudiantes eran ya profesionales y que su tiempo en el Instituto estaba pensado para proveerles la oportunidad de perfeccionar su técnica y su visión artística. A los estudiantes también se les estimulaba a participar en la escena artística habanera. Campos-Pons aprovechó esta oportunidad completamente, tanto como estudiante del ISA como cuando pasó a integrar su claustro de profesores, entre 1985 y 1987. El cuerpo de trabajo que produjo desde que comenzó a exhibir internacionalmente en 1984 hasta finales de los 1980s representa la primera gran fase de su producción artística.
El principal interés artístico de Campos-Pons en ese momento era el rol de las mujeres en la vida cubana, así como la libertad reproductiva y la sexualidad femenina. Su medio principal era la pintura, si bien exploraba los límites de la pintura enmarcada tradicional. El gran comienzo de la artista fue en 1985 cuando realizó su exposición de tesis en la Galería L, un espacio de vanguardia y de gran visibilidad. El mismo estaba asociado con la Universidad de la Habana y localizado en la Calle L, en el corazón del distrito cultural de la ciudad. El título de la exposición fue Acoplamientos. Campos-Pons decidió presentar trabajos que integraban su proyecto final de tesis en el ISA. En él, extendía su práctica de orientación feminista y exploraba representaciones de la sexualidad y de la opresión sexual de las mujeres en las culturas africanas, europeas y mesoamericanas. Uno de los trabajos más importantes de la exposición es Cinturón de Castidad (1984–85) (Figura 9). Esta pieza utiliza una referencia histórica para comentar sobre la continua represión sexual de las mujeres en la Cuba del siglo veinte: el cinturón de castidad, una herramienta empleda en la sociedad europea medieval, dominada por hombres, para hacer prevalecer la castidad femenina.
Figura 9 | Cinturón de Castidad (Chastity Belt), 1984–85, acrylic and oil on canvas and wood, approx. 79 × 118 in. (200.7 × 299.7 cm), Collection of the Center for the Development of the Visual Arts, Havana, Cuba. Courtesy of Indianapolis Museum of Art.
El elemento central de Cinturón de Castidad es un relieve pintado en forma de triángulo de varios pies de altura concebido para representar el área púbica de la mujer. Ligeras pinceladas de abigarrados azules y negros sugieren pelo púbico. Una franja de madera, pintada a manera de cinta, que atraviesa el triángulo, hace referencia a la prohibición de la actividad sexual del cinturón de castidad. Para realzar el mensaje, el triángulo púbico está delimitado por dos piezas de madera tallada que se pueden interpretar como serpientes o espadas ceremoniales africanas. En cualquier caso, no son referencias muy sutiles a la dominación masculina. La representación femenina "está rodeada de armas," explica la artista, "cautiva y protegida… estaba pensando en la cuestión del control. Como sabes, los hombres no se ponían anillos de metal alrededor de sus penes." En Cinturón de Castidad, se encuentra un número de enfoques que reciben considerable atención en el trabajo posterior de Campos-Pons: la presentación de un mensaje tan sustancial y controversial como la inequidad de género dentro de una obra que tiene un gran atractivo estético; la inclusión de objetos tridimensionales y medios múltiples en una pieza que pudiera ser descrita nominalmente como una pintura y las referencias a la herencia africana de la artista y al rol de esa herencia en la sociedad cubana contemporánea.
Figura 10 | Anticonceptivo (Contraceptive), 1987, acrylic on canvas and wood, approx. 157 × 197 in. (397.8 × 500.4 cm), National Cuban Foundation, Havana, Cuba. Courtesy of Indianapolis Museum of Art.
Otra pieza poderosa del período cubano de Campos-Pons es Anticonceptivo (1987) (Figura 10). Igualmente, ésta focaliza en una constelación de preocupaciones femeninas, a la vez que presagia intereses artísticos posteriores. Sin el beneficio del título, la pieza parece ser una composición abstracta. Como Cinturón de Castidad, se trata de un relieve pintado a gran escala, hecho de elementos múltiples, casi escultóricos, que se sobreponen y rodean unos a otros. Auxiliada por el título que le otorga Campos-Pons, queda claro que la pieza representa, a una enorme escala, un dispositivo intrauterino (DIU) para el control de la natalidad situado en el canal vaginal de la mujer. El elemento central triangular está pintado de colores tenues: anaranjado, amarillo y beige.
Recordando técnicas de representación similares a las de Cinturón de Castidad, una franja de madera tallada de modo que representa el DIU, baja por el centro de la pieza de manera protectora, aparentemente sirviendo de contención a una serie de elementos de madera pintada nítidamente que sugieren a los espermatozoides. El DIU simbolizado por la pieza se ha convertido en el medio de control de la natalidad más comúnmente usado en Cuba desde comienzos de 1970 y ha permitido mucha más libertad reproductiva a las mujeres cubanas si se comparan con las de otros lugares en el Caribe. Como plantea la curadora Lisa Freiman, al elegir un elemento como el DIU, típicamente un tema privado, oculto y de pequeña escala y desarrollarlo en una pieza a gran escala, Campos-Pons expresa inherentemente la observación de los derechos reproductivos de la mujer y, por extensión, la igualdad de la mujer en un sentido más amplio. Esto era de una importancia central en una sociedad que proclamaba una igualdad inherente, pero conservaba una esencia patriarcal.
Durante los años en que Campos-Pons se benefició del sistema de educación artística de Cuba, se fue haciendo cada vez más consciente de que, como mujer, ella era una distintiva minoría. Camnitzer reporta que después de 1982, aproximadamente el veinticinco porciento de los estudiantes en el ISA eran mujeres. Durante los años que ella pasó en la escuela (1980–85), Campos-Pons recuerda que las mujeres constituían no más del diez porciento del programa. Su experiencia como una minoría dentro del sistema social cubano fue un catalizador de mucho del trabajo que realizó durante esos años. Como explica la artista: