Un tercer elemento del trabajo reciente de Campos-Pons se relaciona con el tratamiento de su tierra natal cubana, ya sea la industria azucarera de La Vega o los complejos asuntos de ruptura, relocalización y libertad de movimiento que inspiran otras instalaciones, como 53+1=54+1=55/La Letra del Año, presentada en la Bienal de Venecia del 2013 y LLegooo! Fefa! "Family Abroad" presentada en la Bienal de La Habana del 2012 (Figura 15). Este tema estaba en el centro de la práctica de la artista a principios de los 1990s, cuando su doble exilio estaba crudo y fresco—como mismo continúa estando hoy. La diferencia está en el tratamiento que la artista da al material en este punto de su carrera. En un momento en que Campos-Pons es capaz de viajar de ida y vuelta a Cuba con relativa libertad nuevamente, cuando el fin del embargo de los Estados Unidos está finalmente a la vista, es posible observar en sus trabajos una aparente reducción del dolor de la distancia. Esto está presente en su arte de diferentes maneras: en algunas piezas, a través de una reflexión más acallada, más apagada, sobre la esperanza y el dolor; en otras piezas, a través de referencias que descansan más en lo sugestivo y lo conceptual que en lo literal y lo directo.
Figura 16 | Blue Refuge, 2008, 9 dye diffusion transfer (Polaroid) prints, 24 × 20 in. (61 × 50.8 cm) each, deCordova Sculpture Park and Museum, Museum Purchase with funds provided by members of the deCordova Collections and Exhibitions Committee and the Frederick P. Walkey Fund, a gift of the Stephen and Sybil Stone Foundation, 2009. Photo by Kathy Tarantola/PEM.
Un número de trabajos incluidos en la exposición actual refleja estos tres elementos en desarrollo en la obra de Campos-Pons. Refugio Azul, del 2008, es un ejemplo (Figura 16). Refugio Azul es un políptico hecho de nueve fotografías Polaroid a gran escala, montadas en una cuadrícula de tres por tres. El trabajo formó parte de una serie creada por Campos-Pons para una exposición denominada The Other Side/La Otra Orilla, en el 2008, en la Galería Julie Saul de Nueva York. El panel central de la pieza representa una figura femenina suspendida en una estructura precaria, rodeada de hielo. Ella aparece de espaldas y su cara queda escondida a la vista. El cuerpo entero de la mujer está envuelto en un paño que está, a su vez, ceñido por una extensión de pelo a manera de cuerda, que se enrolla alrededor de su figura. La extensión de pelo transita entonces los paneles superiores y lateral. El paño de color anaranjado brillante, que envuelve la figura solitaria, se destaca por su gran contraste con los azules y grises fríos que permean el resto del trabajo.
¿Está la mujer atada por la cuerda de pelo o protegida por ésta? El título de la pieza ofrece una pista. Se trata de un refugio y la figura encuentra protección en el medio de lo que la artista ve como un entorno de nieve y hielo, una perfecta tormenta de invierno. Campos-Pons creó Refugio Azul como un comentario acerca de su añoranza por la luz y su compromiso con la quietud y el silencio del invierno de Nueva Inglaterra. Además de hielo, la figura está rodeada por flores grandes, cada una del tamaño de su cuerpo. La inspiración para estas formas es el florecimiento de la planta epiphyllum, un cactus que florece en la noche y que ella tiene en su casa. Se dice que éste florece sólo una vez al año, por veinticuatro horas. En el caso de Campos-Pons, ella ha tenido la planta por trece años, antes de que floreciera por primera vez. La artista la ve como una metáfora de la práctica de hacer arte: "tú produces mucho, sigues regando tu planta, sigues confiando en que te va a regalar una flor y quizás tome cierta [cantidad] de años lograr el primer florecimiento." Quizás el uso del epiphyllum como una imagen dominante en Refugio Azul refleja también la esperanza en que una especie de refugio puede ser encontrado para la artista eventualmente, no sólo en Cuba sino también en el clima invernal de su hogar adoptivo de Nueva Inglaterra.
Figura 17 | Thinking of It, 2008, watercolor, gouache, ink, and pencil on paper, 73 × 51 5/8 in. (185.4 × 131.1 cm), Shelley and Donald Rubin Private Collection. Courtesy of the Shelley and Donald Rubin Foundation.
Temas similares relacionados con la añoranza, la distancia y una sensación de lugar son encontrados en un par de obras creadas como parte de la misma exposición del 2008: Pensando en Eso (Plato 3) y Soñando con una Isla (Figuras 17 y 18). Las piezas comparten composiciones muy parecidas, presentando la figura de una mujer negra que mira mar afuera, desde la orilla. Ambas son grandes en escala, aunque de medios diferentes. Pensando en Eso es una pintura realizada con tinta, lápiz y acuarela. La figura, situada en la esquina superior derecha de la pieza, está vestida a la moda y lleva una cartera de día. Está dando la espalda al espectador y mira a un horizonte vacío. Claramente, la mujer está perdida en la contemplación, preguntándose, uno presume, qué hay más allá de la línea visible. No hay forma de saber por seguro si ella se encuentra en la orilla cubana mirando hacia fuera o si mira vanamente desde una costa diferente hacia su patria. Del pelo sale una extensión que se transforma en gigantes hojas de algas marinas. Una vez más, ¿ha proporcionado Campos-Pons una pista sobre el lugar? Este tipo de alga marina no se encuentra en Cuba; a veces engalana las costas rocosas de Nueva Inglaterra. "Vi algas marinas gigantes en el litoral de Maine" dice la artista. "En la costa de Cuba nunca se encuentran algas tan grandes. Tenían ocho o diez pies de largo—de hojas inmensas. Para mí, desde el agua lucían como hojas de plátano. Estaba intrigada por aquella forma particular, orgánica, grande y misteriosa. Pero son [incluidas en la pieza] como extensión de una mujer." La ambigüedad intencional en relación con el lugar complica la interpretación. Considerar Pensando en Eso en relación con la tercera pieza, Soñando con una Isla, permite enfocar mejor las intensiones de la artista.
Figura 18 | Dreaming of an Island, 2008, 9 dye diffusion transfer (Polaroid) prints, 24 × 20 in. (61 × 50.8 cm) each, von Christierson Collection. Courtesy of the von Christierson Collection.
Soñando con una Isla es una pieza basada en fotografía Polaroid que, como Refugio Azul, está formada por nueve impresiones montadas a manera de cuadrícula grande, de tres por tres. Aquí también la artista ha situado una figura femenina negra en la parte superior derecha de la composición. En esta imagen aparece sentada, en vez de parada. Como en Pensando en eso, una extensión de pelo desciende por su espalda, transformándose en largas y onduladas hojas de algas que dominan los seis paneles inferiores de la pieza. El horizonte en Soñando con una Isla, sin embargo, no está vacío. La figura mira hacia una isla a mitad de camino. La vegetación de la isla no tiene los árboles de palma y de Ceiba cubanos, sino los pinos de la costa de Maine. No hay tal ambigüedad en cuanto a lugar. Campos-Pons nos ha revelado que la imagen representa una escena de la costa norte.
Estos tres trabajos sugieren una actitud diferente hacia el contexto de la imaginación de la diáspora que ha caracterizado gran parte de la carrera de la artista. Como en otros ejemplos recientes, estos giran alrededor de Cuba—conexión con la isla, distancia de la isla. Desde el 2001, la artista ha podido viajar de ida y vuelta entre los Estados Unidos y Cuba e incluso se ha convertido en una especie de celebridad en su patria. Su exilio forzado ha terminado. La cualidad emocional reflejada en estas piezas sugiere que la interrupción y la dislocación pueden haber sido reemplazadas por emociones menos básicas, de nostalgia y sueño. Refiriéndose a la figura en Refugio Azul, Campos-Pons comenta: "finalmente, ha encontrado consuelo en esta nueva tierra extraña y hay tremenda belleza en la yuxtaposición." La noción de que Campos-Pons misma encontró algún consuelo en su casa adoptiva no parece descabellada.